"Entreno caballos desde 1984 y nunca tuve problemas de sanciones. Me considero muy prudente, diría que hasta conservador. No tengo presión de los propietarios ni necesidad de estar arriesgando; soy cero riesgo. Ante la menor duda, al caballo no lo corro. Es raro que en los dos últimos años me hayan aparecido cuatro casos de tratamientos. Siempre seguí ganando muchas carreras". Lo dice Carly Etchechoury. De corrido y como si la pregunta hubiera llegado en el momento justo para desahogarse.
El entrenador suena distinto al de todas las entrevistas anteriores. Para notar que está dolido por la situación basta sentir el tono de sus palabras. Esta vez, su padre, Juan Carlos, que estaba presentando por él, fue suspendido por cuatro meses en Palermo, por el tratamiento no autorizado de Alarido Moro. "En la primera sanción me volví loco. Empecé a ver fantasmas por todos lados. Cumplo la pena y a los 15 días, otra vez me suspenden. Ahora estaba haciendo que los presente papá, cosa que siempre critiqué en los demás, y pasa otra vez", señala Carly.
Cambió el enfoque, eso sí: "Dudaba de los laboratorios hasta que presencié el sistema de análisis y vi que los hacen bien. La conclusión es que debe estar pasando algo en el stud y no logro verlo todavía. Me siento inseguro. Tengas 7 o 120 caballos no podés estar las 24 horas ahí y confío en los serenos, capataces, veterinarios, mucha gente que lleva años conmigo... Soy particular en la selección del personal".
Y desnuda más sensaciones: "Al entrenador lo veo frágil y expuesto, pero es el responsable. En los Estados Unidos no puede comprar o aplicar medicamentos cualquiera y aquí, sí. Ahora me aconsejaron poner cámaras y, aunque eso implica que suban los costos, tengo que tomar más medidas", anticipa Etchechoury, lidiando entre sus convicciones y sus actos.
"Ahora vienen las Estrellas y quisiera presentar mis caballos por lo que significan esas carreras, pero no sé si queda bien hacerlo sólo ese día. Me siento incómodo, confundido. Por eso no voy ni a las fotos ni a las entregas de premios. Si en el stud me dijeran que se equivocaron, lo aceptaría, pero me aseguran que no. Así, no tengo la tranquilidad de saber qué pasa".
Nota: Diario La Nacion
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