miércoles, 14 de septiembre de 2016

"El peón es el que más sufre"



Dialogamos con Juan Carlos Teves, peón del Stud de la familia Quintana en el Hipódromo Córdoba. El "gordo" Teves como se lo apoda en los pasillos del Tattersall cordobés nos cuenta un poco sobre su profesión y también el sentimiento por parte del peón, que es el que más tiempo está con el caballo y a veces al que menos se le reconoce su esfuerzo. Desde Pasion Turfistica queremos destacar la labor diaria de quienes a nuestro juicio son los verdaderos gladiadores de la industria hípica, que dedican su vida por completo al caballo de carrera, aunque muchas veces pasen desapercibidos

¿Desde cuando estas dentro de la actividad?
Tengo 49 años, empecé a los 10 años en Bº Las Flores en el Stud de Jerónimo Quintana, de ahí traíamos los caballos tipo 6 o 7 de la mañana al palo de los 1800 y los vareábamos. Yo me casé y viví dentro del stud de Quintana en la Villa Hípica vieja, que ahora es un barrio cerrado. Tuve 5 hijos, en un tiempo fui cuidador y dentro de todo me fue bien, gané en Córdoba, San Francisco, entré en el marcador en Buenos Aires, siempre con pocos caballos.

¿Y en la actualidad?
 Actualmente sigo trabajando en el stud de Quintana. Tuve muy buenos caballos, recuerdo a Beginnings que era una pinga barbara pero tuvo mala suerte por que se lesionó, y en la actualidad tengo a Versatility, The Confessions que correrán el Clásico San Jerónimo y el potrillo Mi Joyero que ganó a los 2 años en San Isidro.

¿Se puede vivir siendo peón?
En esta actividad no ganas lo que tenes que ganar, pero vivís. También hago changas para sacar algunos pesos más, como por ejemplo si en un asado para mucha gente hace falta un asador, lo hago y me gano una plata. También tuzo, trenzo, algo que no todos saben hacer. El peón es el que más sufre por que está 8:00 hs al día con el caballo, yo ya aprendí a dar inyecciones, si hay que desvasar lo hago y también me animo a herrar.

¿Aparte de trabajar en el hipódromo, también trabajaste en otros lados?
Cuando dejé el hipódromo por un tiempo trabajé en el Haras Azul Blanca y en Nimanor, 3 años en cada lado. Ahí aprendí a manejar tractores, desvasar, agarrar potrillos y muchas cosas más. Vivía en el haras, en Azul Blanca yo era uno de los que manejaba. Lo sufrí por vivir en el campo pero las cosas me fueron bien laburar.

¿Que esperas de la actividad?
Cuando llega la época del San Jerónimo, todos esperamos ganar el clásico o alguna carrera. Pero el problema es que ya en febrero se cae todo, mi esperanza es que siga todo bien por que esto está difícil. Pienso que el hipódromo tenía más recursos antes, ahora no tiene tantos. Si el patrón y el cuidador no aportarían lo que aportan, esto ya se hubiera borrado, dado a que acá no hay apoyo estatal.

¿Algún agradecimiento?
Si, en este momento doy gracias a mi familia, a la familia Quintana y a los patrones que confían en mí como peón. Estoy enormemente agradecido con Sergio y Jerónimo Quintana, para mí yo soy parte de la familia de ellos, calcula que hace muchísimos años que estamos juntos.

1 comentario:

  1. La cruda realidad expresada con total humildad de un hombre de turf que expresa sus vivencias en nombre de todos sus colegas. Los anónimos artífices de la actividad.

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