jueves, 9 de mayo de 2019

Se buscan caballos perfectos, pero los "despreciados" Candy Ride e Invasor hicieron historia

En nuestro país y seguramente en gran parte del globo, todo comprador a la hora de adquirir un potrillo busca un físico "correcto". Los que más saben pueden explicar perfectamente lo que es un caballo sin defectos y uno con defectos, por eso en los remates los imponentes logran los precios elevados y los poco agraciados son vendidos por bajos valores. Un estupendo entrenador nos supo manifestar que buscan este tipo de caballos no porque pueda tener más velocidad, sino porque son los que más duran en su campaña dado a que al momento de exigir sus aplomos no son de poca calidad. El "derechito", con mejores nudos y demás, es mucho más probable que tenga una vida más duradera en las pistas. Pero a lo que vamos es que los dos mejores caballos que el turf argentino dió son Candy Ride e Invasor. Candy Ride criado en Haras Abolengo no pasó las placas varias veces, pero como nunca acusó un dolor, el Stud Ojos Claros lo adquirió, y terminó haciendo historia en el turf mundial. Invasor del Santa Ines no encontró un solo postor de nuestro país, y se fue exportado a Uruguay como un caballo cualquiera. Fue un monstruo en las pistas y también en la actualidad es semental. Placas, visitas veterinarias, ojos clínicos, son lo más recomendable para hacer según indica el manual, pero al parecer la furia de un equino puede venir en cualquier envase. Todos intentamos elegir el más correcto, pero tranquilamente de un "tapado" puede salir un fenómeno. Gracias a dios que pasa esto, porque así la actividad del turf es pareja para todos. Desde el más humilde hasta el más rico puede lograr un crack.

                           Candy Ride                                                                     Invasor

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