miércoles, 26 de junio de 2019

¿El turf es el deporte más difícil y lindo del mundo?

Partiendo de la base que en nuestro deporte el personaje más importante que es el caballo  no habla, ya podemos decir que el turf es el deporte más difícil del mundo. Hay que saber interpretarlo y llevar un serio control sobre ellos, pero a la hora de la verdad el caballo no te puede decir si tiene ganas de correr, si tiene algún dolor o algún otro problema. Muchas veces llegamos con una ilusión enorme a una carrera y nos vamos con la cabeza baja por el flojo rendimiento de nuestro equino. Trabajó bárbaro, se lo ve muy bien, pero no corrió nada... ¿Que pasó? La verdad es muy difícil de saber, por eso calificamos a nuestro hermoso deporte como uno de los más duros. Dado a esto seguramente que los profesionales más exitosos tienen un ojo impresionante para interpretar a cada uno de los equinos que tienen y también saben que tratado darle a cada uno de ellos. Pero al ser difícil, esto se transforma en apasionante, dado a que te genera un hambre de gloría nunca antes visto. El placer de ganar varias carreras consecutivas o de tener mucho protagonismo, creemos que es lo que lo hace el deporte más lindo del mundo. Si trazamos un paralelo con el fútbol, el deporte más popular de los argentinos, podemos hacer distintos tipos de comparaciones, lo que nos hace ver que el turf o, tal vez, ser propietario de un caballo de carrera, es mucho más apasionante que el de la pelota. Ser dueño de un caballo significa como dice el tango "Tener un pur-sang de escudo", el que defenderá nuestros colores (stud) en las pistas, el que nos hará vivir una semana distinta desde el momento mismo que sale anotado en un programa en cualquier pista que corra del país. Desde que el caballo da corrida hasta su partida final y los instantes previos a la carrera nos hace correr la sangre un poco más fuerte de lo normal, comparable con la actuación de un hincha de fútbol que va a la cancha a alentar a su equipo favorito, pero en el cual no podrá tomar ninguna decisión, ya sea para ganar o perder un partido. Es decir, el futbolero si bien no arriesga nada de dinero, solo participa como simpatizante, pero sin poder de decisión en absoluto en su equipo. En cambio en el mundo del turf, los propietarios, entrenadores, peones, equipo de trabajo, tienen en su caballito la ilusión de sacar el caballo bueno al cual todos elogian. Habiendo muchos casos que con el correr de los años algunos propietarios o entrenadores se los reconoce por haber sido el propietario de "tal" caballo. Es decir, si compras un caballo y en un final cabeza a cabeza te toca ganar o perder, vas a sentir mayor pasión que si tu equipo favorito gana un partido importante. Por que el caballo es decididamente tuyo, corre donde vos quisiste y para vos, gana y pierde, al igual que tu cuadro favorito. Pero pese a lo complicado del turf, cuando te toca ganar, la alegría del momento te da el espaldarazo para seguir luchando en esta actividad que tanto apasiona a los argentinos. En síntesis, el fútbol es muy lindo, es verdad que participas sin poner dinero lo que hace mucho más simple que una multitud lo siga y se apropie de distintas divisas, pero los que tienen la suerte de ser dueño aunque sea de una parte de un caballo y de que el mismo te da la alegría de ganar elevando tus colores al cielo de la victoria, es inconmensurable la alegría que la gente siente. Para que lo pienses, ¿Se goza más con un caballo propio de carrera que gana, o con tu equipo si le gana el domingo al rival de turno?.

*Foto ilustrativa

1 comentario:

  1. Felicitaciones Tomás por estas interesantes notas que le dan trascendencia a nuestro amado turf y ponen en conocimiento a gente que no es partícipe de la actividad.

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